viernes, 30 de mayo de 2008
“Compañera”, de Carlos Oquendo de Amat
Tus dedos sí que sabían peinarse como nadie lo hizo
mejor que los peluqueros expertos de los transatlánticos
ah y tus sonrisas maravillosas sombrillas para el calor
tú que llevas prendido un cine en la mejilla
junto a ti mi deseo es un niño de leche
cuando tú me decías
la vida es derecha como un papel de cartas
y yo regaba la rosa de tu cabellera sobre tus hombros
por eso y por la magnolia de tu canto
qué pena
la lluvia cae desigual como tu nombre
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