Fragmento de la Escena VII
ULISES: Basta de demoras. El horizonte se está llenando de naves enemigas, de moscardones, de hombres en celo. Vienen por nosotros.
DON FRANCÍCLOPE: Bien. Resulta que ahora eres valiente. ¿Vas a matarme?
ULISES: Quiero un close up. Quiero toda mi vida en pantalla.
DON FRANCÍCLOPE: ¿Qué vas a decir? ¿Que te obligué a este viaje? ¿Que no te agrada firmar autógrafos? ¿Que has visto los naufragios de toda la flota naval de la república? ¿Qué dirás?
ULISES: Que me confundí de bando. Que maté a diestra y siniestra. Que hoy me buscan por todos lados y yo tardo en volver a casa.
DON FRANCÍCLOPE: ¿Respuesta definitiva?
ULISES: Que no sé cómo es mi hijo. No conozco el color de su pelo ni el tono de su llanto. Debo volver, pero la casa ya no es la que dejé. Han muerto muchos. La patria se borra con el paso del tiempo.
DON FRANCÍCLOPE: ¿Respuesta definitiva?
ULISES: Que mi esposa está con otros, que mi esposa es mi hija y mi madre. Que la han confundido. Que en las calles los soldados disparan. Que en las casas los televisores se prenden para escuchar los discursos. Que hace un frío de los mil demonios y yo no estoy ahí. Que los niños leen la historia inexacta del viaje de mi vida y que por los vidrios rotos de las salas de clases entra el humo de las bombas. Que mi esposa se acuesta con otros, que la han violado, que sus hijos han ido a parar a manos del enemigo.
DON FRANCÍCLOPE: ¿Ésa es tu maldita respuesta definitiva? ¡Vamos! ¡Por Zeus!
ULISES: Diré que entré en la ciudad y gané la guerra. Diré que me subieron a esos aviones y me drogaron. Disparé a algún sitio y luego nada. Diré que el pueblo clamaba por las balas, por los fusiles. Diré que las gentes murieron. Que las ciudades se vaciaron, y que ya nadie vive allí, que es todo falso, una recreación para los turistas, para los que nunca serán viajeros. Diré que mi cuerpo fue cremado y lanzado a las aguas del mar. Diré que mi cuerpo fue embalsamado y hecho una estatua para el museo de la victoria. Diré que mi cuerpo no apareció. Que lo enterraron los miserables y que no apareció. Diré que abrieron mi cuerpo y lanzaron mis vísceras al mar. Diré que mi cuerpo olvidó, que tiene amnesia, que camina por otros sitios y no sabe que es él. Que alguien escribe mi historia y que inventa los hechos. Dirá que ahora hay un impostor. Un Ulises falso que nunca salió del horroroso Ítaca, que nunca salió de ningún sitio. Que quizás yo soy el impostor, pero…
DON FRANCÍCLOPE: Vaya boicot lingüístico. Boicot de todos estos temerosos pelafustanes que no han visto una tormenta ni en la televisión. Amotinados a más no poder y con control de la torre de mando. Y ahora se confunden y dicen Isla Quiriquina, Isla Dawson, Isla Creta, archipiélagos innumerables. ¿Qué hacemos con estos traidores Contres, Krasnoff, Moren Brito? Peleles amedrentados con el peso de la mitología. No son dignos de que entren en tu casa, pero una palabra tuya… ¿Qué significa todo ese rosario tuyo?
ULISES: Significa que estoy leyendo el canto 24 de la historia. Que esto es Ítaca, un maldito programa en vivo. Que nunca he salido de estas paredes. Que nunca mojé mis pies en ningún mar. Que no volveré a casa, porque mi casa no existe. Esto es Ítaca. Una escenografía. Puro material de deshecho. Bellavista, Inés Matte Urrejola, Homecenter, barracas de hierro. Los obreros sostienen los paneles de la patria. Detrás de cada macizo cordillerano hay miles de carpinteros famélicos con el sueldo mínimo. Corten, corten esta escena. Hagan zapping. ¿Qué hacen los niños a esta hora viendo este programa? ¿Qué hacen los fotógrafos con sus flashes aturdidores? ¿Qué hace mi familia? Que venga alguien a quitarme el disfraz de héroe. Que apaguen las luces de este set. Mi papel se ha arruinado y ya no seré el mejor actor.
miércoles, 7 de mayo de 2008
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